sábado, 18 de abril de 2015

Lactuca

Te tengo delante, al completo alcance de mis manos,
de mi boca, de mis dientes y mi lengua:
Tengo el poder de saborearte y fagocitarte,
si quisiera tragaría toda tu esencia y energía
para transformarla en mía.
Estás además muy atractiva,
brillas de vida y frescura,
con ese vestido caro,
que alarga tus redondeces.
Hueles a campo y tierra húmeda.
Te miro y mi boca se hace río ancho,
mi estómago comienza a rugir apasionado,
cómo haciendo un congreso de leones.

Me quedo admirándote por un rato.

Te enfrías. Pierdes el calor.
Entonces es cuando ataco con mi boca afilada.
Voy a por tus tuétanos, a por tu sangre, a por tu alma.

Sabes a alegría sin control,
te disfruto como un carroñero:
rápido y sin miramientos.
En breves y repetitivos movimientos despiadados
te desmenuzo y asimilo.
Me revuelco con un placer parecido
al de los guerreros que ganan la batalla.

Al rato siento que recorres mis venas y das fuerza al latir de mi corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario