lunes, 2 de febrero de 2015

Treinta.

Me quedé solo.
No por accidente, 
y apenas por decisión.
Joder.
¿Y ahora qué será de mí?
Seguro que se habrán olvidado de mí,
me he callado tanto tiempo y me he alejado tanto...

Mierda.
Dije.
Qué asco.
¿Qué hago?
Ya no tengo costumbre ni habilidad de estar así.
"es como montar en bici"
Nunca se olvida.
Efectivamente: jamás.

¿Será para bien?
¿Será para mal?
El pesimismo me abruma y me posee.

Entonces alguien me llamó por mi nombre,
apenas nos conocíamos de 3 días, de hace más de 3 años.
Y durante 30 horas, no hice más que saludar a personas que me querían,
tanto, que uno de ellos, 30 años esperó para encontrarme, 
ese día que yo pensé que me había quedado solo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario